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Calle Benjamin Ugarteche 181, Pueblo Libre, Lima
NUESTRAS DECISIONES SON LIBRES, PERO ESTÁN DETERMINADAS POR EL CEREBRO
El tradicional problema de la libertad tiene que ver con la aparente incompatibilidad entre un universo causalmente determinado y un agente que toma decisiones libremente. Hay quienes, con ánimo de rescatar a la libertad, postulan que nuestras decisiones no están sometidas a las fuerzas causales del universo. Uno se pregunta, sin embargo, ¿por qué todos los eventos naturales se detendrían justo donde comienza la esfera de la libertad humana? Consecuentemente, muchos sostienen que las decisiones libres simplemente no existen. Algunos experimentos, tales como el de Benjamin Libet, sugieren que 300 milisegundos antes de tener la intención consciente de actuar, el cerebro ya tomó la decisión. Esto definitivamente es un punto a favor de los negadores de la libertad. No obstante, los defensores de la libertad se valen de un pequeño detalle: hay una diferencia de 150 milisegundos entre el momento en que somos conscientes de nuestra decisión y la activación muscular. ¿Son libres nuestras decisiones o están causalmente determinadas por el cerebro? Todo depende de cómo se entienda el término “libertad humana”.
En esta presentación, me propongo abordar la mencionada cuestión a partir de la siguiente pregunta: ¿En qué sentido hay, en el proceso de la toma de decisiones, un agente que elige libremente entre sus opciones? Sostengo la tesis de que el agente elige libremente en tanto que selecciona la opción que desea; no obstante, los escenarios mentalmente simulados por el cerebro de las opciones a elegir producen reacciones de los mecanismos emocionales, y el escenario que el agente desee se da en función de tales reacciones.
DIEGO RIVAS
Bachiller en Filosofía por la UNSA
Estudiante de maestría y pre docente de filosofía en la PUCP